
Recuperar la calma, la seguridad y volver a ser tú, es posible
PSICÓLOGA SANITARIA Y ESPECIALISTA EN ANSIEDAD DESDE 2019
«Quien no conoce a su enemigo, no podrá vencerlo» – Proverbio
TRAUMAS O HERIDAS EMOCIONALES: Si has vivido experiencias muy negativas o excesivamente estresantes que te desbordaron emocionalmente. Si en la infancia te faltaron afecto o atención, si fueron demasiado severos, críticos o tal vez intrusivos o narcisistas. Si tuviste progenitores inmaduros, distantes o agresivos.
FOBIAS: Si tienes un miedo irracional a una o varias cosas, fobia social o agorafobia.
VÍNCULOS INSEGUROS O DAÑINOS: Si en tus relaciones sientes ansiedad o tienes la sensación de que algo no va bien, si hay manipulación, dependencia emocional, tienes parejas no disponibles emocionalmente o tienes apego ansioso.
CREENCIAS Y AUTODIÁLOGO: Pensamientos y creencias que te boicotean: «no voy a poder», «y si sale mal», «no puedo confiar en nadie», etc. Te hablas con crueldad, ves la vida con negatividad y pesimismo.
RASGOS DE PERSONALIDAD: Eres perfeccionista, exigente, inflexible, necesitas que todo esté bajo control y previsto, te frustras con facilidad, no toleras la incertidumbre ni esperar.
ESTRÉS Y FALTA DE AUTOCUIDADO: Tienes muchas responsabilidades y obligaciones, trabajas sin parar, sientes que no llegas a todo, no cuidas tu alimentación, no duermes bien y no atiendes tus necesidades ni te priorizas, te cuesta mucho decir que no y poner límites.
Cuando aparezcan síntomas de ansiedad, sabrás detectar sus detonantes y qué debes hacer para calmar su intensidad y reducir al máximo su impacto en tu vida.
Cuando sabes por qué y cómo aparece tu ansiedad, entiendes su origen y la función que trata de cumplir, te desprendes de la idea de que hay algo «roto» en ti, y recuperas tu identidad y tu fortaleza.
Cuando la ansiedad no gobierna tu vida recuperas la libertad, la capacidad de disfrutar y vivir en el presente, tomas decisiones desde la calma y pensando en lo que es mejor para ti, ya no evitas ni huyes, ahora afrontas y resuelves.
La ansiedad deja de ser un problema y empiezas a verla como lo que es, la emoción que va a ayudarte a descubrir lo que necesitas para sentirte seguro y feliz.
Además de psicóloga especialista en ansiedad, también soy «paciente experta en ansiedad». Como tú, muchas veces me he frustrado por no saber qué hacer para gestionar mi ansiedad y he sentido que nada funcionaba.
Ha sido gracias a mi continua formación y a mi trabajo personal en terapia que he ido descubriendo lo que me ocurre y cómo funciona mi ansiedad.
A día de hoy, identifico qué activa y dispara mi ansiedad, tengo recursos para mantenerla bajo control y me miro de una forma mucho más empática y comprensiva. Ahora entiendo lo que vino a decirme. Los ataques quedaron atrás y mi ansiedad ahora me guía y me indica lo que es sano y seguro para mí.
Hace ya más de 6 años que trabajo como psicóloga online, y he trabajado con más de 400 personas, la gran mayoría de ellas con problemas de ansiedad. Ahora me dedico exclusivamente a trabajar la ansiedad desde sus múltiples raíces, adaptando el proceso de terapia a las necesidades únicas que cada uno traéis a las sesiones.
Ellos ya dieron el paso
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No podemos anticipar un número concreto de sesiones pero te puedo decir que, cuando se aplican correctamente las herramientas, los síntomas de ansiedad suelen empezar a disminuir entre la 4 y la 8 sesión. Ahora bien, conseguir estabilizar y asentar la mejora así como conocer y sanar la raíz conlleva un proceso que no podemos concretar en tiempo.
En cuanto a la frecuencia, lo ideal es comenzar con una frecuencia semanal para no tardar demasiado en empezar con el trabajo práctico para rebajar los síntomas y estabilizarte cuanto antes. Posteriormente, cuando ya hay cierto control y el trabajo que hay que hacer ya está claro, vamos espaciando las sesiones.
En cualquier caso, como siempre digo, es mejor dos sesiones al mes que ninguna. Con menos de dos sesiones al mes es difícil avanzar.
No, claro que no. La ansiedad es una respuesta emocional más de nuestro repertorio, necesitas que esté ahí. Lo que perseguimos en terapia no es que desaparezca sino que no sea dañina o patológica, es decir, que tanto su intensidad como su frecuencia sean sanas y proporcionadas.
Como psicóloga experta en ansiedad y como «paciente» te puedo anticipar que no suele ocurrir. Puede haber épocas que, por el contexto, sientas que ha desaparecido pero cualquier nuevo disparador podrá hacerla volver y de nuevo puedes encontrarte sin herramientas para manejarlo.
Posponer el trabajo con un psicólogo experto en ansiedad puede conllevar no solo que la ansiedad se mantenga, sino que nuevas experiencias intensifiquen o agraven el problema.
Puedes decidir empezar a trabajar para manejar tu ansiedad en cualquier momento, siempre te ayudará. Sin embargo, si la ansiedad es tan intensa o frecuente que afecta a cualquiera de tus tareas, tus relaciones, las actividades que haces, tu estabilidad emocional, tu trabajo… no lo dejes pasar. Es el momento de buscar la ayuda de un psicólogo especializado en ansiedad.
Así como en medicina hay un especialista del corazón y otro de los pulmones, ambos deben conocer el funcionamiento del cuerpo humano, pero cada uno de ellos sabe más que el otro acerca de su especialidad.
En psicología ocurre lo mismo. Todo está relacionado, pero cada problemática tiene sus particularidades. Y, cuanto más trabajas con casos similares y más profundizas y te formas en ello, mejores resultados puedes ofrecer.
La investigación en psicología avanza cada día y cada vez más nos damos cuenta de que la formación básica en terapia cognitivo conductual que nos proporcionan en las universidades «se queda corta» a la hora de enfrentar la realidad en las consultas.
El enfoque integrador añade lo mejor de las otras corrientes, además del punto de vista del trauma y el apego que nos dice que la ansiedad es resultado, en muchos casos, de heridas más profundas que si no resolvemos, no nos permitirán estabilizar del todo a nuestros pacientes.